Demostrarme... ¿qué?

Hoy me he puesto a llorar como una tonta en el cuarto de baño de la universidad. Hacía tiempo que no hacía esto. Yo creo que última vez fue en 4º de la ESO, una época que, personalmente, quiero borrar de la faz de mi memoria para siempre.
Hoy he vuelto a cometer una gilipollez. Pero, como los gilipollas es eso lo que más hacen y yo soy un chiste de la creación, está claro que eso no es para nada raro.
En clase de evaluación el profesor estaba intentando explicar como la visión de cada persona es diferente, como los argumentos de una persona y otra difieren a pesar de haber visto el mismo contenido. Yo estaba dispuesta a colaborar para ayudarle en su intento de explicar el contenido. Preguntó si alguien había visto alguna película interesante. Una amiga mía dijo que sí, que había visto Ágora y él pidió que hiciese una pequeña sinopsis. Ella lo describió con tal lujo de detalles que no se dejó nada que no fuera spoiler. Después preguntó ¿Alguien más lo ha visto? Unos cuantos, incluyendo yo, levantamos la mano. Me sorprendió el hecho de que me eligiera y dijera "Haber explica la sinopsis".
Yo pensé: "Si explico exactamente la misma sinopsis, la teoría del hombre no se verá respaldada". Tendré que poner otra visión. " Por desgracia esa visión incluía un spoiler del tamaño de una catedral. Cuando me di cuenta, titubeé de tal manera que empeoré la situación sumamente. Mis amigos de clase me dijeron que el spoiler era demasiado, se rieron de mí a lo bestia, con un "pobrecita, no da para más" bastante ofensivo, pero desgraciadamente, realista. U_U
Yo intenté arreglarlo "verdaderante, a pesar que spoileé el final (sí, lo mío es mucho, ya lo sé, los nervios jugaron un mal papel) lo importante no es tanto el final, sino el desarrollo para llegar a ese dramatismo final. Eso es lo importante para mí". Un colega me respondió entre risas: "Lo que es importante para ti no es lo mismo que lo que es importante para el resto del mundo".
Fue una estupidez. Debe ser que como tengo la regla ahora mismo estoy demasiado sensible. Pero no estoy enfada con ellos. Para nada. Estoy enfada conmigo misma. ¿Por qué seré tan desgraciadamente subnormal?
Si al menos fuera especial en el buen sentido. Pero no: soy especial en el sentido de que soy una especie de Goofy, con proporciones infinitatemente más patéticas.
Ni siquiera soy bonita. Hace poco tomé la decisión de que no me voy a operar del estrabismo. No porque no quiera, sino porque hay más del 50% de posibilidades de que la operación salga mal y se cambie el ojo para el lado opuesto (lo que faltaba). Pero implicará que seré una aberración para la humanidad el resto de mi vida. Idiota, desorganizada, patosa y fea. Si es que no puedo entender como sigue habiendo gente que me mira a la cara.
Después de clase, con este cúmulo de pensamientos en la cabeza, me aguanté un torrente de lágrimas que no estaba dispuesta a echar hasta llegar a mi casa. Pero era tanta la cantidad que acabé en el baño, escondida y abochornada de manera personal.
Mi mayor sueño es poder llegar a viajar por el mundo y demostrar que no soy un error genético. Pero, a veces, dudo que pueda ser esto posible. A lo mejor soy una sucia vagabunda que sueña con historias de caballeros y dragones, mientras realmente, mantengo la cabeza apoyada en un tetrabic de vino Don Simón.