martes, 22 de noviembre de 2011

Desarmonía


La música fluía de manera armoniosa. Era rítmica, tenía vida. Era alegría. Sonaban flautas con aire travieso a la izquierda, violines a la derecha marcaban el compás. Todo era maravilloso. Las guitarras en el centro susurraban notas de promesas de un mundo mejor. Y entonces sonó. El triángulo, en la zona más profunda de la izquierda. Y la música cesó. Y los violines se retiraron. Y las flautas retomaron su música. Esperando que la zona de la derecha volviera a sonar cómo antes. Pero ya era imposible. Ese triángulo nunca debió haber sonado.
Pero quizás no sea demasiado tarde....

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