domingo, 22 de marzo de 2009

el desdén empieza por uno



Ultimamente siento que controlo menos mis acciones, volviéndose más imperfectas. Puede que esté pasando una mala racha de desconfianza, pero la verdad, el sentimiento de incontrol existente que hay me crea una desesperación tal, que ahoga.
Creo que intento, de manera calculada, que las palabras que salgan de mi boca tengan un punto de brillantez. Pero llegado un punto, ya no quiero lucirme ni nada similar, implemente cuido de no meter la pata con frases inconexas, oraciones en las que no atino con una palabra que pueda expresar fielmente lo que deseo trasmitir, intento de no decir comentarios que puedan desenfundar una mirada de perplejidad desdeñosa. Pero no hay mayor mirada desdeñosa que la tuya propia, reflejada en las espectativas de la opinión de los demás. Debo tenerlo presente.

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