viernes, 23 de noviembre de 2012

Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke)

Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada.
 Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.


Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.


Este relato me hizo pensar: Limpiando toda ironía,  la intencionalidad del autor (como ya se ha visto) es dar a entender que es preferible una chica que exija una vida con intensidad y significado, que sepa descifrar lo que esconden las palabras, las miradas, las acciones; aunque ello implique que sea más difícil mantener una relación e incluso conseguirla por parte del chico. Pues de la otra manera, existiría un desinterés y aplanamiento existencial no solo por parte de la chica que no lee, sino por parte del chico mismo, que con cierta arrogancia, mueve los hilos de los acontecimientos de una historia que ya escribió antes de dar el primer beso.

Pero, centrándonos en el papel que interpreta en el relato, la persona considera que lo máximo que puede aspirar es a tener una chica conformista y ciega a las señales, pues es cómodo, seguro y alcanzable.

Él pone dos opciones: la chica que lee y la chica que no lee, con su perspectiva particular de cómo es cada una. Pero yo doy otra opción: la chica que actúa como la chica que no lee pero que se da cuenta de lo que está pasando, no tanto como la chica que lee como con el autor del relato. Eso sí que debe ser duro: esa chica que con su falda perfectamente planchada, su perfume cuidadosamente bien situado y su sonrisa complaciente, espera a que un chico la manipule y le venda sucedáneos de cariño, mientras ella ve como arquea las cejas, posiblemente pensando en lo fácil que ha sido todo, el gran poder que tiene en sus manos. Esa chica que se da cuenta de cómo los dedos de él pasan por su espalda valorando una mercancía de reserva, sintiéndose ella una lata de conservas: alimento para el cuerpo desprovisto de  creatividad y entusiasmo; un recurso por precariedad.

Es duro ver a una chica que por inconsciencia, se ha conformado con lo que le han dado, siendo su vida un conjunto de sucesos esperables carentes de sentimiento auténtico, pero más duro es ver a una chica que sabe que vive un bosque de árboles de cartón, asimilando que no podrá respirar aire puro. Porque al menos el autor puede hacer y deshacer: él tiene las riendas y el conocimiento de lo acontecido. Pero en este caso, ella ni eso: bajando la cabeza, debe fingir que no se está enterando de nada o, simplemente, lo acepta. Está a la espera, con los puños apretados y la mirada paciente.
La inconsciencia es dura a ojos externos y a padecimiento interno indescifrable a la corta y a la larga. La consciencia no revelada o resignada es dura y además, embota, apelmaza y con el tiempo, produce un ataque de tos que vete a saber cómo acabará.

8 chispas coloridas:

Karmasang dijo...

COMENTARIO [ parte 1/2] Si me permites decirlo y procurando no faltarte al respeto en ningún sentido, mis opiniones sobre este analisis tuyo sobre ese texto de ese autor tienen un par de nucleos que sirven de base o armazón para todo lo que además has escrito: el corazón de tú atención en base a tus procesos mentales respecto a lo que escribió ese hombre son dos cosas. Las cito a continuación y te las comento por separado:
"esa chica que con su falda perfectamente planchada, su perfume cuidadosamente bien situado y su sonrisa complaciente, espera a que un chico la manipule y le venda sucedáneos de cariño, mientras ella ve como arquea las cejas, posiblemente pensando en lo fácil que ha sido todo, el gran poder que tiene en sus manos. Esa chica que se da cuenta de cómo los dedos de él pasan por su espalda valorando una mercancía de reserva, sintiéndose ella una lata de conservas: alimento para el cuerpo desprovisto de creatividad y entusiasmo; un recurso por precariedad."
Bueno, espero ser lo menos subjetivo posible y no netamente empiricista sino lisa y llanamente estoico osea: ser consciente de mi subjetividad y tratar de no proyectar en los fenomenos por generalización en base a mis sensaciones a través de los sentidos y sentimientos el como son las cosas... cruzo los dedos al respecto. Valga el ejemplo rápido: un estoico no dice "hoy hace frio", dirá "hoy tengo frio". Percibe que el lo siente pero que no es nadie para generalizar que todo el mundo va a sentirlo por igual aunque lo sientan a nivel empirico.
Bueno, allá voy: aquí noto una sensación de indefensión y casi frustrante impotencia de la mujer frente a un tipo de hombre que atrae como un imán y que debido a eso tristemente no le aplica el refrán que bien dice "No consideres como prioridad a quien te toma solo como una opción." Esa mujer debería de medrar en su interior y encontrar que está "roto" dentro de ella, arreglarlo, sanarlo y ese sanar consiste en delicadamente quitarse esa metralla, esos balazos de otro tiempo que aún tiene dentro del cuerpo (abarcando tanto el corazón como su libido) que la hace ser impotentemente arrastrada a ese "hombre imán" de a mi entender, mal karma en cuanto a lo que da y recibe de las mujeres a lo largo de su vida bajo su propia responsabilidad le guste asumirlo o no.

Karmasang dijo...

COMENTARIO [parte 2/2] "una chica que por inconsciencia, se ha conformado con lo que le han dado, siendo su vida un conjunto de sucesos esperables carentes de sentimiento auténtico, pero más duro es ver a una chica que sabe que vive un bosque de árboles de cartón, asimilando que no podrá respirar aire puro."
Este segundo párrafo, si me permites la comparativa me recuerda a cierto momento casi al final de la película "Ruby Sparks". O también un poco a la película "El show de Truman". Leyendote es como si sonaran engranajes y manecillas en tu cabeza. Te recomiendo encarecidamente que veas una serie de animaicón llamada "Key La Idolo Metalica". Es una historia sobre una chica supuestamente un robot que debe encontrar 30000 amigos para que no se le acabe "la batería" y se estropee, tiene giros inesperados y es bastante posible que de cara a esa frase de "un conjunto de sucesos esperables carentes de sentimiento auténtico" deberías de verla. Esa frase si me permites decirlo, se contrapone casi a algo que alguna vez habré comentado: "todo es permanentemente impermanente". Cuida el presente, es lo único que tienes, el pasado ya no existe, el futuro nunca existe. Es un efecto debido a la memoria y a otras facultades cognitivas del esr humano, no a la naturaleza del universo en si misma. Hay más de tres dimensiones, hay una cuarta, una quinta, etc... que no podamos percibirlas no indica que no existan.
Pero nos han tocado cinco sentidos, sentimientos, raciocinio, tres dimensiones y una noción volatil de algo que llamamos "el presente" o "ahora mismo".
Dicho todo esto: esa chica no debe conformarse con algo que no existe, es simplemente una cuestion a mi entender de actitud con "C" de que nada malo ni nada bueno dura para siempre.
La vida es simple, muy simple y dura, muy dura. Y a veces feliz, a veces no. Nada más. Pero no hay estado mental alguno inmnutable debido a que la propia existencia es efimera. Hasta el dia en que uno muere creo que hay que mantenerse ocupado en encontrarse a uno mismo con sinceridad en lo que debe darle una fuerza para creer en si mismo, y poder ganarse el pan y vivir en paz. Esa chica no encontrará la plenitud en ese hombre ni en ninguno, debe hayarla primero en si misma para luego discernir la de los demás y poder trazar su propio rumbo como quiera y con quien quiera.

Anónimo dijo...

Lersi, mareas demasiado la perdiz. Por hablar más no vas a tener más razón.

Los charlatanes no suelen ser gente de fiar...

Iara Ruiz Diaz dijo...

Me encanta este texto. Me hace sentir especial... Aunque nadie lo haga. Me gusta tu análisis. Cada mujer se da cuenta de lo que pasa.
Otra cosa: tengo trece años, me encantan como escriben ustedes, vos, el escritor y el comentarista. Espero algún día escribir así ;) Muchas gracias por nombrar al escritor

Unknown dijo...

Si has leído esto, en verdad has desperdiciado unos minutos de tu vida, inclusive yo lo he hecho, sin embargo debes sentirte orgulloso. ¿De qué? Estoy seguro de que pasaron por tus pensamientos un millón de respuestas benéficas a ti, estoy seguro de que en este momento te regocijas en el trono que tú mismo has creado para favorecerte y aplaudirte por tus pequeños logros que te hacen sobresalir, pero no, pues no es esa la respuesta correcta a mi incógnita; tu no deberías sentirte orgulloso pues eres solo un beneficiado de no tener tan mediocres pensamientos rondando por la bella cabeza de una chica que lee. Se supone que el “leer” aumenta la cultura, es capaz de sacar a cualquier alma de un mundo sumamente conformista para llevarlo a su libertad, pero al parecer hace todo lo contrario, pues la famosa chica que lee en este momento está juzgando a gente que no conoce y como si fuera peor GENERALIZANDO, yo esperaba que la dichosa chica que lee tuviera la capacidad como para saber que nadie es igual a nadie, por lo tanto todos tienen diferentes gustos, necesidades y prioridades, los cuales te llevan a un diferente destino, tal vez a ti te encantan los libros y por eso se han vuelto tu necesidad, pero mírate, has llegado al punto en que tu gusto es tan grande que crees que es el único correcto y por eso aunque no te des cuenta ¡lo estás imponiendo!, como te dije antes, cada quien tienes sus pensamientos que decide o no convertir en necesidades, porque quien escucha música no imagina un mundo sin ella, quien se inspira en la ropa no encuentra salida si no es en las tiendas, quien es amante de los videojuegos no ve algo más allá de ellos, porque quien ama algo tratará de convencerte de que es lo correcto ya que para esa persona es así de importante…. Pero olvidamos algo, el cerebro es tan grande, que cada ser humano tiene una realidad diferente y con ello, una vida diferente, un pasado y futuro muy distinto al tuyo que sin querer ya estas juzgando intentándole hacer creer que tu idea es la correcta y que su realidad es vana. Si no ama lo que tú, déjalo, no por eso tienes asegurado que será menos inteligente, pues no tienes presente sus vivencias y anécdotas o sus momentos de lucidez, no sabes lo que piensa y tampoco eres Dios como para predecir sus emociones, así que se una verdadera chica que lee y se limpia en el juego de la vida, aprende a respetar a los demás, será entonces cuando leer tenga el significado que siempre has deseado.

delavi dijo...

Qué bien lo dices!!

Maestro Distorsion dijo...

Dios, ¿porque en esta década todo se tuvo que convertir un maldito statement? Creo que no se entiende que la gracia de la escritura radica en enfundarse sacos y trajes que no son de uno.
Ese es el rol del escritor.
En este caso se percibe la amargura y el desencanto trivial y visceral de un chico abandonado por una chica que lee y la banal lectura (valga la redundancia) que el narrador da a ello, llevándolo a un terreno mas bien desolador aunque complaciente.
Pero no, en vez de eso todo cae en una guerra políticamente correcta (for a change) entre chicas que leen vs chicas que no leen ''y lo feo que es estereotipar'' pff a cancun con estos lectores tan superfluos.

Unknown dijo...

EPICO

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